POESIA


“CINCO HAIKUS”
1.
Sol que alumbra
en la noche oscura
habla del día.

2.
Piedra reposa
búsqueda solitaria
posan tus ojos.

3.
Pastos en pastos
ojos y piel sobre piel,
mirar sin prisa.

4.
Luz que se apaga
¿acaso un ocaso,
quizás fracaso?

5.
Noche de clamor,
relámpagos  y rayos,

días de espera.



“ALGUNA VEZ”


¿Cuándo será
que mire hacia delante
y no descubra
tu sombra en el espejo?
Esa silueta que vana
reproduce
este mi cuerpo
mi alma, mi dolor
y por qué no
ese poco de alegría
y ese otro de tormento.
Cuando una vez
lejana de futuro
el tiempo borre
mi voz, mis ojos
y mi lengua,
será esa sombra
la tuya y la que es mía
perdiéndose
tardías en el viento
las que clamen
ligeras como el viento.

         

                                                                     “EL MAGO”

En Defensa y Cochabamba,
debajo de un adoquín,
duerme un mago transparente
de galera y peluquín.
Solo vive y nada espera
viendo pasar con paciencia
nubes por las azoteas.
En noches de cierta luna
y en un balcón quebradizo
intenta diversos trucos
de sangre en el Paraíso.
Todo lo mira al trasluz
de una gota de desdén;
terciopelo y seda pura
paso de vals y satén.
En esa esquina de hambre
dice el mago una canción:
versos de llanto y olvido
borrados de un paredón.
Sueña sueños incompletos
de madera y de desdichas
y espera cielos eternos
que lo lleven  al descuido

como así, como si fuera.




“CANCIÓN DE LOS AMANTES MATRIMONIALES”

Aquí viene la historia
de dos amantes
que se olvidaron
de amarse.

Quizás por educación
tal vez por miedo o destino
estos amantes del caso
carecieron de pasión.

Ella a su lado dormía
y él de costado pensaba.
Y hubo días
en que todo se invertía
y ella pensaba a su lado
mientras el otro dormía.

Pese a todo, tuvieron
lo que quisieron:
buenos padres
buenos hijos
buen pasar
buena familia;
no resultaba un azar
que de admiración constante
gozaron siempre bastante.

Cincuenta años de casados
hasta que al final murieron;
mucho no se divirtieron
pero mal no lo pasaron
salvo ¡ay!
que un sí y un no
jamás tuvieron
y que entre sueño y vigilia
no vivieron.

Viene a cuento recordar
que en la gloria del Señor
juntos ya deben estar
pensando el uno,
en el otro
durmiendo en el más allá.

O viceversa, quizás.

“TANGO DEL SUBURBIO”

Triste destino
el nuestro,
el del suburbio.
Tener ansias,
De multiplicaciones,
Y de imágenes,
de huracanes infinitos,
y de gestos,
vendavales insomnes,
de quimeras,
lejanas y perdidas
que arman este mundo
para nuestra manera.

Una risa perdida,
Allá en lo alto,
Desdibujada nube
Transformada en espanto.
Horizontes distantes
de piedra y de cristal,
cada vez más remotos.

Pero no.

Triste destino
el nuestro, sí,

triste destino.

“LLANTO”

Seco.
Como la áspera
arena de un desierto
bajo el sol.
Hoy los vientos
no arrastran
naves blancas
en mar embravecido:
no hay más
que solitarias palmeras
llegando
hasta el pasillo
triste
de mi corazón.
Es por eso
que estas lágrimas lloradas
son amargas.
de rencor.



                                                                                             “LA ESPERA”

Todo sucede
En el breve tormento
De uñas sucias
Que lloran lamentos
Buscando una piel
Donde encontrar el viento.
Todo sucede
Y nada.
El aire sigue su curso
El agua llora
En canillas de asombro
Y la nube
¿O es humo?
Presume ser tan sabia
Como el breve momento
De este tiempo
Tan ínfimo
De espera breve,
Se dijo,

Como el breve tormento.  


“PARA ELLA”

El pecho raído
como dos ojos
que miran al sur;
un círculo tan infinito
que apesta a orines,
a nafta seca, a clavos.
Vertical de luz obscura,
espera, sentada.
que mil caballos
y mil jinetes
la circunden en un círculo.
Pubis oblicuo
sin horizonte llano
y sin palabras.
más que una sola,
es ella sola,
nada más.                                                                         


“LA MAGA”

En Banfield o en Bella Vista,
no recuerdo bien por donde,
en una casa cuadrada
con tres patios y una higuera
vaga triste, enamorada,
la maga con sus quimeras. 


¿Quién?

  Nadie habita junto a ella:
solo preguntas de viento
que corren apresuradas
por los cuartos de silencio
en tardes encadenadas
en olvidos y recuerdos.

¿Qué sucede?

Amor
duerme ensortijado
en el árbol junto al muro;
las horas pasan calientes
dejando como murmullos
frutos ásperos de cobre
caídos en cruel salobre.

¿Qué hacer?

Baila
en las noches la maga
su baile de hechicerías
junto al tronco acribillado
con flechas y corazones
heridos inútilmente
por cábalas sin razones.

¿Entonces?

     Ventana que agoniza
    el tiempo vuela y corre,
     cenizas de lamento
      en las viejas baldosas del olvido
       dibujan lágrimas de cemento
          que antes fueron de dolor.



“CANCIÓN”

Una tarde de Mayo lo conoció:
traía una guitarra
y olor a alcohol.
Ángel era su nombre
y el apellido
recorre una calleja
llamada olvido.
Cantaba mil canciones
todas iguales
acerca de los hombres
y sus penares.
Sirena lo escuchaba
y su mirada
se ponía tan blanca
como su almohada.
Sus voces repitieron
un juramento
de orquídeas alumbradas
de fuego eterno.
Hacían el amor
en cualquier estante,
en yuyos y zaguanes
de olor antiguo;
la guitarra redonda
formaba parte
junto con los amantes
muertos de frío.
Una noche de Junio
salió la luna
y en un sitio de esquina
bien desolado
vino el final,
tras dos acordes
y un sol do si.

Una nueva canción
oirán de Ángel
alguna vez;
y de Sirena el canto
que por sus ojos
baja a una rama.


“DESCUIDO”

Cuando pasa el descuido
el sol desaparece.
no te dice me voy
y vendré luego,
nos deja solamente
la cíclica esperanza
de su eterno retorno
más allá de la muerte.

No está solo ni aislado
sólo quieto y distante;
crea huertos y ríos
risas y tempestades
y aquel punto cercano
donde late la sombra
de lo que es y será
desde tiempos lejanos.

No me asusta su brillo
ni su rojo demente,
solo el recuerdo aquel
de tu cara sonriente
con tus ojos brillando
tus uñas y tus dientes
en un viejo verano
tan de ayer y presente.

Cuando vuelvas, mañana,
nos verás diferentes,
más viejos, más humildes,
más ricos o más bellos;
viviendo, simplemente,
con el mismo apellido,
con la misma saliva
y con el mismo descuido.



“INCONCLUSO”

El hombre la ve
Y el cielo se agranda
El hombre la mira
Y el cielo se amplía
El hombre se acerca
Y el cielo se asombra
El hombre está próximo
Y el cielo decide
El mira hacia arriba
Y la lluvia cae
También presurosa
Ella la descubre
Sus ojos de nube
S u cara que huye
Del agua que barre
El azar posible
La vana quimera.

El hombre está solo
Sus ojos al cielo
No mira,
Espera.

“AHORA”


                                                        El olor del sediento del alcohol embriaga el aire.
                                                        El tufo de ese ácido sudor duerme en almohadas.
                                                        La sonrisa de ese pelo chorreante de alquitranes.
                                                        Todo un fulgor. Un dulce despertar de fin de otoño.
                                                        ¿Qué será eso que es quieto y que se agita, que suena
                                                        a eructos desgarrados, a cloacas mil veces destapadas,
                                                        al rumor del barro cuando la serpiente lo atraviesa?
                                                        ¿Qué es, qué será todo esto que me oprime y me libera?
                                                        La vida. Lo ha dicho la sabia pitonisa, sus ojos hacia abajo.
                                                        “Nunca lo supiste”, ya es la hora, es eso y mucho más.
                           

“ATARDECER”

Mira el sol hacia el poniente
Y mi cara se ensombrece
Pasa un chico por enfrente
Pasa un joven por delante
Pasa una madre y un padre
Pasa un hombre ya muy sordo
Y una dama gruesa y brusca
Luego…
Vuelan pañuelos azules
Cantan pájaros dormidos
Huelen olores perdidos
Y sonidos de violines
Que chocan en el silencio
De este sol que se resiste
Al refugio de la noche
¿Y... qué más?
Y a las sombras de mi frente.                    



“POEMA EN PROSA, ES DECIR, PROSAICO”.
                                                                                                 “LA LUNA”

 La luna tiene una sola teta. Es azulada, de un color azul como su cara. El seno de la luna es tan redondo como su boca grisácea que simula ser pezón.
 La luna es púdica: usa un corpiño (para una sola teta) que le fabrica una señora que vive en un planeta cercano, tal vez el nuestro.
 La teta de la luna parece de arena blanda; los chicos (bah, de un modo hay que llamarlos) se deslizan por ella como en una suave pendiente. Como en un tobogán gigante. La luna lo sabe; mira para un costado, hacia la tierra, entorna un párpado y vigila con el otro ojo.
 Una noche la luna se cansó. Del corpiño, de los chicos (de un modo hay que llamarlos) y de la fabricante de sostenes que vive en ese planeta muy cercano.
 ¿Qué hizo, entonces, la luna? ¿Qué pudo hacer? Algunos dicen que nada; otros murmuran que intentó ponerse roja de cólera pero que, a tiempo, evitó esto ya que ese color no la favorecería.
 Siguió igual, con una tristeza pasajera y con su blanda protuberancia, con el pezón gris grisáceo apenas asomado, mientras el sol, en son de burla, la seguía mirando con su mirada de luz de gato hasta hacerla parecer fría, tal como la conocemos. Pero no lo es. Tiene un solo pecho blando de arenisca y cuando deja de desconfiar y entorna los ojos, sus pestañas levantan humos de polvo que llueven lentamente formando figuras curiosas y burlando al sol.
 Ese es su único pasatiempo, pobre luna, con una sola teta.
Si cerrás el ojo izquierdo y mirás fijo la ves.
                                   

 “ESCENA"

Allí.

Bajo el cielo gris cemento
de autopistas
un borracho canta vino
y una mujer con su cuerpo
se adormece en su destino.
Un tufo, un velatorio,
un coro de doce iguanas
plañideras en cantos
de agonías, de tristezas
en arrastres melancólicos,
acompañan.

Allá.

En la calle de braguetas
donde doblan las esquinas
mide ese ciego sus versos
con esos ojos vedados
hacia ese cielo sin  luna
donde los diarios anuncian
cargados de tinta  o sangre
como los años que pasan
como muere el día,
día a día, tiempo a tiempo.

Aquí.

Hay asfaltos que transpiran
sin pena y sin cesar
también sin gloria.
Tantos pasos moribundos
con el asco y con la dicha...
de dolor, de pesares y alegrías.

Ahora.

“Estoy sola y no lo quiero.”
Un suspiro se oye y un aliento.
“Yo también y no lo quiero.”

Mañana.

Una verde botella
que se estrella
junto a un beso
perdido en un cordón.

Y...

Es entonces
cuando el viento

canta su voz de cemento.


 “SOLEDAD” (Poema antiguo).

Flota una nube
hecha de melancolía.

Lentamente,
paso a paso,
teje y borda
historias que ya pasaron
en épocas
de rosa y miel
tiempos que ya se olvidaron.

Le dicen:
“Dejá la aguja,
abandoná el Santa Clara
y pensá
que hoy o mañana
entrará por tu ventana
un ruiseñor hecho hombre
que te hamacará en tu cama”.

Sigue en su nube
hecha de melancolía.

Le insisten:
“No seas tan loca
amaneció y te has dormido;
se te mezclan los colores
de las lanas y los hilos
y dejan de ser temblores
para ser simples rumores”.

Yo no sé.   

 “PARA TODOS”

El chico que llora
El dedo en la boca
La nena que canta
Solfea su danza
La joven que mira
Detrás de la esquina
Y el rufián que baila
Su baile de inquina
La madre sentada
El cuello oprimido
Y el padre afectado
Bolsillo vacío
La vieja observada
Luna desde lejos
El viejo arruinado
Sin miedo y sin frío
El que es rico es rico
Lleno de carozos
Y el pobre muy pobre
Rasca su bolsillo
El ciego no mira
La vida que arde
Y el sordo no oye
La letra del arte
La muda no habla
Sus ojos por ella
El cura en su coche
Mira por mirarte
Y la lluvia arriba
Prepara el descenso
Apunta su salto
Esgrime su rayo
Regalo de todos

Iguales de muchos.

“OCULTA”

En un bolsillo
guardo a Venus
envuelta en celofán.
Triste duerme
sus penas de amor que un día
fueron alegría de ángeles
viajando en bicicleta.

No llores más,
Venus en celofán
mi corazón no admite
que te suelte
y la rueda que gira
me ha dado en este día
voluntad de quererte.


“HACERLO”

En cualquier esquina,
En un lecho de rosas
O en una banquina;
Con lluvia que moja
o calor que abrasa,
sobre nieve o fuego,
sin cesar, sin pausa.
Hacerlo
en el fondo húmedo
de un cálido río
o sintiendo el oleaje
de un mar bien bravío;
de día, de noche,
con luz o con niebla,
hoy, mañana y siempre;
de pie o acostados,
con música llenos
o solo rumores
de tibio silencio.
Hacerlo
sin odio, sin prisa,
sin bruscas cornisas
que amparen caídas;
hacerlo volando,
hacerlo cantando,
hacerlo con llantos
dolor o alegría,
hacerlo con risas,
hacerlo, ay hacerlo,

hacerlo con vida.


“MENSAJE”

En la playa nocturna
el mar trajo una botella taciturna
con un mensaje otoñal:
“Sálvame,
mis cabellos están grises
y mi piel
se está poniendo amarga
como la hiel”.

                        Luna de noche
                        sol de mañana
                        así giran los días
                        desde cualquier ventana.

 “SONETO”

Tal la dicha de escribir este soneto
que creo que el sol y la luna en demasía
tratan de fugar a un lejano mediodía
para concluir este ciclo en un lamento.

Cuanto el dolor y la fiebre, el desencanto,
lejanos humores se acercan todavía
a este sitio, mi cuerpo, mi alma y mi alegría
ocultos en el codo profundo de mi canto.

Vendrá el mañana que en forma diferente
traiga azarosas vueltas, trasfondos y vaivenes
en este repentino ardor de transhumante

Que con un pie en el tren de los olvidos
  sepa omitir al sol, la luna, permanente
            para transcurrir la distancia hacia el despido.


“INSPIRADA”

Hay una musa en Lanús
que llora lágrimas cuadradas.
El origen de ese llanto
es cuando piensa
que es blanco y,
negro nubarrón destapa
de su alma de hojalata.
Esa musa de Lanús
se la juega cara o cruz.
El amor lo hace al revés:
un botón que en un ojal
nunca se puede engarzar
ni al derecho ni a través.
Pobre chica,
pobre musa de Lanús,
en sus lágrimas cuadradas
se la juega cara o cruz.


“DESEO”

Una cinta púrpura
blandiendo el aire denso
de esencias con olor
de sangre perfumada.

¿Serás capaz
de ovillar tanta madeja
y guardar tanto tesoro
en caja china
sin ninguna queja?

Tus ojos,
allá enfrente,
sólo responden silencio
de dura piedra
arrasada
por mil temblores pasados
de días
nunca olvidados.

“MOMENTO”

Una tarde
Densa de densidad densa
Tarde de tardes
Donde el alma no sabe
Si mañana
El sol brillará mañana

Mis uñas están sucias
De rascar
Maderas duras en otras tardes
Otras de barro
Mi mano, mi piel prefieren
El hierro que no cede
Pero…
Igual la tarde.

Que hacer
Cuando el sol no brille
Sin uñas
Sobre la madera
O el hierro

Alguna tarde.
“ELLA Y LA LUNA”

Parece cargada de fuego
esta noche
Lanza torrentes de semen
-hostia sagrada-
en sus rayos de luz mortecina.
Ella se baña en si misma
y piensa:
“¿Hasta cuando dejaré de leer
Este mensaje de tul alcanforado?”
Mira la luna y sueña.
más que soñar, piensa;
más que pensar, siente.
Un calor la abrasa de la luna,
hostia sagrada… ¿Hasta cuando,
qué momento, qué instante,
qué segundo?
Estallido de luz,
ínfima partícula de tiempo
revuelve su sangre.
Ella se mira a sí misma,
la luna, allá, distante.


“MIRADA”

Es mi cuerpo
Que codicia fantasías
Es mi cabeza
Y es la mano dura
Que se aplasta
Sobre la vieja
Blandura de mi piel.
Hay recuerdos
De recuerdos
Tatuajes que han
Sido indelebles
Hoy perdidos
Para siempre
Y casi siempre
En la cabeza y
En el cuerpo y
En las manos y
En la piel…

Viejas fantasías
Codiciadas, amadas
Y perdidas y vueltas

A nacer para perderse.


“RETRATO”

Cabellera de medusa
tus manos
escriben en el aire
arrullos insensatos
de pájaros
y tu boca
dibuja gestos
de loca serenidad
mientras en tu regazo
duerme
por duro el reptil
abúlico
con impaciencia.

¿Cuándo abandonarás
el inmóvil museo
de tu memoria?
¿Es tan difícil
pensar…

     que te quiero?

 "CANTO"

La canción que escuché ayer
Tiene sonidos de viento
Mi boca duerme el destierro
De una flor alcanforada
Mientras el hoy despereza
En lunas de madrugada
En espera a que el mañana

Traiga dulzores de paja.
“BREVE”

Abrió la puerta
A la palidez del otro.
Debía ser así
para ese día,
cuando las sombras llegaran,
instaladas,
en el breve resquicio
del espíritu.

Ese soy yo
   y vos el otro.



“À PROPOS DE LA NOSTALGIE”
(une soirée mélancolique ou la ritournelle)

À l'arrivée de la nuit…
C’est difficile ne pas penser.
Assis sur la terrasse d'un café nocturne.

À mon côté…personne,
J’évoque à l'homme…
à l’homme qui se promène,
qui simplement se passe.

On doit écouter la ritournelle:

“A mon côté…personne?”
Qu’ est ce que tu dis?
Tu serais triste aujourd’hui?

Quoiqu'il ait été déjà arrivé à l'hiver de sa vie;
il bien sait que ce pensement c'est vulgaire.
Parler, alors, de la couchée du soleil?
Ou quoi?
Mais l’ esprit, la tête ou l’âme
Nous provoquent des images peut-être fausses…

Au loin on peut voir la silhouette, d'un autre homme…
Comment serait-il? 

L’ homme assis, moi,  aimerait qu'il soit un marin;
déguisé comme un marin…
Un vulgaire matelot était en blanc
Tout blanc, même ses dents
Son sourire de dents blanches…

De nouveau la voix silencieuse:

donc…est-ce que le moment des rêves est déjà arrivé?
Attention, attention au danger de la mémoire…

Mais oui,
des nouvelles images,
des unes qui poursuivent des autres..

Alors, je souviens de la mer
Ou le lieu, dont la saveur d’ enfance était vivante

Voilà…quelle  insistance…

La mer…un autre rêve?

Non…
À l'époque des vacances
Ma mère m'avait habillé comme un vrai marin,
petit marin qui soudain pleurait
pendant que la chanson des vagues
pouvait s’ entendre
aux larmes mélangées de l’ enfant
qui,
à côté de sa mère
ne pourrait pas imaginer à l’ homme
assis sur la terrasse
en revenant des silhouettes
des garçons habillés
comme marins
même lui…

Tu bien sais:

La mémoire, de nouveau la mémoire,
On ne veut que des images…
Quel truc difficile la mémoire!

Alors, ira mieux abandonner la terrasse
Le siège vide
Même la tête
Et allait à coucher,
juste à côté du soleil qui tombe…

                                                                                          Buenos Aires, le 25 avril 2017





Une amitié ambigue" (L’ apostrophe)

En montant l´escalier l´apostrophe régne en haut
elle est mise dans deux mots qu´elle a liées,
La virgule a obligé respirer aux lecteurs
puisque ils sont en train de chercher les soupirs de la pause,
Pendant que l´apostrophe est fachée
parce qu´elle aime les liaisons les plus brèves,
Au contraire la virgule nous permet
les vacances d´un espace amplifié...

Est-ce qu´il s´agit peut-être d´ennemis declarés?

L´apostrophe nous annonce qu´elle habit bien tranquille
et qu´elle permet les unions les plus convenientes...

Tiens...!
Le voilà son mérite
plus que mérite il s´agit de l´orgueuil!

Pendant que la virgule, qui se trouve sur les lignes
manifeste que son aide est  toujours essentiel...

Tiens...!
Le voilà c´est sa fière,
plus que fière il s´agit de l´orgueuil!

Epilogue:
Euh, bon Dieu, c´est comme ça!
Nous devons bien comprendre
qu´elles nous donne le bonheur du bien lire!


“Un jour”

Comme est si triste...
Le rêve impossible du soleil qui veut traverser les nuages,
cettes nuages grises de l'hiver...
Comme est si triste Buenos Aires
;
Elle est tant triste...
Comme la pauvreté
qui attend et qui rond aux environs du froid.
Aujourd'hui.
Dans la mince des arbres
ou dans les miroirs de l'eau sur les trottoirs. 

On regarde le ciel et lui n'a pas de réponse...
moins parler de l'espoir à l'avenir doré.

Je me demande.
 S'il s'agit de mon esprit tombé qui abandonnait…
Qui abandonnait quoi…?
La grâce de la jeunesse perdue?
Si la vie nous donne des coups
À qui correspond cette fragilité et cette faiblesse?
Est-ce que sont les nuages, c’ est l’hiver,
C’ est la forêt maigre,
C’ est la ville la plus la coupable
Ou c’ est moi même,
Armando, né…depuis longtemps..?

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